Autoestima

miércoles, Dic 01
autoestima

En consulta muchos de mis pacientes vienen a trabajar su baja autoestima, y al preguntarles qué es lo que desean de mí me preocupa su necesidad de que les dé un ejercicio para recuperar esa autoestima que en algún punto de sus vidas perdieron. Me asusta la visión que damos los profesionales sobre el trabajo de la autoestima y la cantidad de recomendaciones y ejercicios que me encuentro para trabajarla de manera milagrosa. No existe un ejercicio que te haga recuperar de golpe esa autoestima que lleva años dañada, ni que obvie todo lo que se ha creado en tí a consecuencia de ello, o lo que es peor, lo que pasó para que te sintieras así. Hoy os dejo una reflexión con una visión distinta sobre lo que es quererse y cómo trabajarla.

Trabajar tu autoestima

No es hacer ejercicios de listas sobre cualidades, logros, virtudes. ¿Por qué qué pasa si consideras que no tienes muchas cualidades y aunque te las digan no te las crees? ¿Y si no has podido lograr muchas cosas por una época que has pasado que ha sido muy dura y te ha sumido en la tristeza? ¿Si has tenido una vida difícil con pocas oportunidades de logro en comparación al resto no tienes derecho a quererte?

Hacer ejercicios de este tipo enfatiza aún más que para quererte debes lograr cosas, debes tener cualidades positivas, debes debes debes. La autoestima, el quererse a uno mismo, se vuelve condicional.

Prefiero hablar de autocompasión

Para mí el sinónimo de cuánto se quiere una persona es cuánto se apiada de ella misma cuando la vida realmente aprieta. Y no hablo de resignarse con uno mismo, hablo de aceptarnos y entendernos, entender lo que hemos hecho o no hemos podido hacer en base a nuestro contexto, la situación que vivíamos, el aprendizaje que ahora tenemos y no teníamos. El verme con derecho a ser imperfecto, improductivo, y aún así, no caer en el automaltrato ni en el autovictimismo, verme como individuo con poder propio ante lo que me pasa y tener la certeza de que, aunque la vida apriete, me defenderé.

Quererse a uno mismo es verse con capacidad de acción sin fustigarse ni creerse omnipotente, porque si quieres no siempre puedes. Pero puedes mucho más de lo que a veces uno se cree. Siempre tenemos capacidad de acción, sólo que no siempre en la forma que esperábamos ni en la medida que creíamos. Tener autoestima es responsabilizarse y auto-compadecerte, ver las partes más «feas» de tí y aceptar que, por mucho que las trabajes, siempre habrá alguna en menor medida o habrá otras. No eres perfecto.

Pero puedes mucho más de lo que a veces uno se cree. Siempre tenemos capacidad de acción, sólo que no siempre en la forma que esperábamos ni en la medida que creíamos. Tener autoestima es responsabilizarse y auto-compadecerte, ver las partes más «feas» de tí y aceptar que, por mucho que las trabajes, siempre habrá alguna en menor medida o habrá otras. No eres perfecto.


Y si aún así quieres que te proponga un ejercicio, ahí va.


Coge un papel en blanco y apunta a las personas que más quieres. Escoge una de ellas. Ahora, frente al papel, tómate el tiempo que quieras para escribirte una carta siendo esa persona que te quiere, como si te la mandara a ti. Escribe sobre lo que esa persona siente al estar contigo, sobre lo que ve en ti que no ve en nadie más. Ahora lee tu carta y dime qué sientes. Dime si eres capaz de tratarte con la misma compasión que esa persona puede tratarte a ti.