Soledad y ser humano

martes, Oct 05
soledad y ser humano

En este artículo os quiero hablar sobre la soledad y el ser humano. La soledad es un estado de aislamiento en el que no tenemos el acompañamiento de una persona o animal a nuestro lado. Es un estado controvertido, ya que existen varias connotaciones frente al sentimiento de soledad y todos, en mayor menor medida, hemos experimentado o experimentaremos soledad en nuestra vida.

Índice

¿Qué se dice de la soledad?

Se dice que la soledad es una condición inherente en el ser humano, ya que muchos filósofos han defendido que se nace solo y se muere solo. Otros afirman, sin embargo, que existe una red social de principio a fin y que la soledad puede también ser elegida por la persona. Para algunos grupos sociales y/o religiosos, la soledad ha sido una fuente de crecimiento personal y necesaria para alcanzar otros estadios superiores de conciencia.

Actualmente se dice que la soledad es la nueva enfermedad del siglo XXI por su impacto en la salud mental y física de las personas. En reino unido han planteado crear el ministerio de soledad para abordar tan creciente estado de aislamiento. Pero ¿Cómo podemos medir la soldad?

Tipologías de soledad

La soledad no es un estado vivido por igual en todas las personas. Para muchos, la soledad es la causa de algún acontecimiento vital impactante y estresante; el fallecimiento de un ser querido, una enfermedad, la perdida de un grupo de amigos, desempleo. Desde éste paradigma puede percibirse como un estado doloroso y desagradable, que puede causar un gran impacto en la calidad de vida de la persona, pero también un paso necesario para transitar el duelo pertinente a algunas situaciones.

Existe una gran diferencia entre estar físicamente solo y sentirse sólo. Mientras que la primera hace referencia a la presencia o ausencia de compañía o aislamiento físico, la segunda hace referencia al hecho de sentir que la interacción social obtenida no es suficiente, se esté o no en compañía. Por eso la soledad es una experiencia completamente subjetiva, dependerá de la visión de la persona sobre la calidad y confort de sus interacciones sociales y lo que espera en ellas.

Podemos sentirnos aislados y no sentirnos solos, pues en ese caso no estaríamos esperando cierto nivel de interacción social, ya sea porque consideramos que nuestro nivel de interacciones humanas llega a ser suficiente y no esperamos mantener más interacciones con más personas, o porque valoramos nuestra soledad como un estado transitorio y que tendrá fin, pero necesario para abordar diferentes emociones y situaciones difíciles.

Soledad, ¿positiva o negativa?

De otro lado, existe la soledad no vista como una etapa transitoria, sino permanente en la personalidad de algunas personas, lo que resulta más difícil de abordar. Se trata de un sentimiento que no depende del aislamiento físico ni de un evento vital estresante y transitorio, sino de una condición que se experimenta de forma invariable en todas las situaciones vividas y que perdura con el tiempo. En este caso estaríamos hablando de la soledad no elegida.

Por lo tanto, podríamos hablar de la soledad “negativa” cuando aparece como una condición que merma las capacidades del individuo para el disfrute, para comunicarse y para entablar relaciones significativas a futuro, quedando a la persona en una situación de aislamiento permanente y con altos niveles de sufrimiento, sin que haya conseguido paliarlos. La soledad en ese sentido se encuentra unida a muchas dificultades psicológicas como la ansiedad, la depresión, la distimia (una depresión más duradera en el tiempo) y al riesgo de autolesiones y conductas suicidas.

Cada vez son más los organismos que demanda intervenciones psicoógicas centradas en la soledad que sufren ciertos colectivos, pues se cree que la prevalencia mundial de sentimiento de soledad va en aumento, paradójicamente, mientras existe un aumento del uso de las tecnologías de la información y la comunicación.

Qué puedo hacer si mi soledad no es elegida

  1. Aceptar y permitirme esa tristeza. La propia invalidación emocional te hará sentirte más sola.
  2. Centrarme en una rutina básica sin autoexigencia, acompañarme en mi ritmo. No exigirme hacer x cosas al momento para sentirme bien, cuidar de mis tiempos para activarme.
  3. Analizar mis relaciones con los demás. A veces la sensación de soledad constante es muy real. Porque indica que algunas relaciones de que mantenemos no son nutricias y amplifican nuestros sentimientos al respecto. Algunas relaciones también llegan a su fin y deben hacerlo para poder transitar esa pérdida
  4. Me dedico espacio para hacer aquello que me hace sentirme bien aunque no sea productivo ni perfecto
  5. Busco esa fuente incondicional de apoyo: llamo a mi amiga que me entiende, a esa compañera o a mi mamá/papá. El apoyo social es el mejor antídoto.
  6. Me centro en mis necesidades sin juzgarlas y las cubro como un padre a un niño.
  7. Me acompaño. Sin autocrítica, sin juicio propio. Con respeto.

En nuestro centro de psicoterapia disponemos de una alta especialización para acompañar a personas en situación de soledad por psicólogos expertos en Adultos, Psicología de la Salud y problemas del estado del ánimo. Pregunta sobre nuestros conocimientos y experiencia sin compromiso para saber si somos la ayuda que necesita.