Qué es el Trauma Psicológico y por qué es tan importante en terapia

jueves, Dic 02
trauma psicológico

Trauma psicológico es cualquier experiencia de impacto no procesada por tu sistema nervioso. Durante este hecho las respuestas bioquímicas bloquean el sistema innato de procesamiento de la información, lo que hace que el recuerdo del hecho se mantenga “vivo” y sin cerrar. El pasado se hace presente 

Trauma = Herida 

Índice

TEPT – DSM -5 

La persona ha vivido, presenciado o se ha encontrado ante un hecho potencialmente mortal, con peligro de muerte o heridas graves, de integridad física o a la de otra persona. Las reacciones de un trauma incluyen miedo, sensación de vulnerabilidad o de horror intenso 

Existen dos tipos de traumas psicológicos, los traumas T y los traumas t. 

Traumas T: situaciones que impactan directamente en el cuerpo. Accidentes naturales, catástrofes, diagnóstico de enfermedades, daño físico, riesgo de muerte, aborto, duelos. Traumas t: situaciones de alto impacto emocional, especialmente si impactan en una edad temprana en desarrollo (infancia). Trastornos de apego, abandono, negligencia, maltrato, abuso, omisión de satisfacer necesidades físicas y emocionales, no disponibilidad parental, falta de protección infantil. Es la “muerte psicológica”. 

Casi todos los trastornos actuales tienen raíces en la experiencia. La exposición vital a hechos estresantes tiene un papel fundamental en el comienzo de muchas psicopatologías, sobretodo si se cuenta con factores psicosociales y de vulnerabilidad genética (contextos traumatogénicos y ambientes que modifiquen la expresión de los genes, y por tanto el funcionamiento de estructuras cerebrales y el desarrollo de la personalidad). 

Muchos de los sucesos potencialmente traumáticos, especialmente los traumas t, pasan desapercibidos en la sociedad. Pese a que las adversidades infantiles son la causa más frecuente de los “trastornos psicológicos” en todas las edades. Curar el trauma psicológico es ya una responsabilidad social. 

¿De qué se compone la salud mental?

De experiencias positivas y negativas procesadas. Las experiencias negativas procesadas, en vez de ser una fuente de malestar y síntomas, nos aportarían aprendizajes o recursos para lidiar con situaciones similares. 

Incorporar una perspectiva de trauma en terapia se hace necesario en muchos de los profesionales de la salud para no caer en una terapia basada en el diagnóstico clínico; sino una terapia basada en la comprensión de la persona desde su biografía, sus contexto de origen, y sus cualidades y capacidad personal de resiliencia.

Necesitamos un modelo de psicoterapia comprensivo 

Desde la creación del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (o DSM), la psicología se ha aproximado hacia un modelo “médico” o descriptivo. Que busca la agrupación de síntomas y obtener un diagnóstico o enfermedad, que es la causa y origen, para aplicar un tratamiento especial a la misma. 

En Psicoterapia ésta visión se complica, pues los trastornos psicológicos no tienen una única causa ni se encuentran dentro del individuo como una enfermedad física adquirida.

Más bien los diagnósticos o agrupación de síntomas psicológicos son la respuesta a contextos traumatogénicos. Al igual que un agente patógeno) como la negligencia, el maltrato o el abuso que impacta en las personas. 

“Etiquetar” nos es relativamente útil a los profesionales de la salud siempre y cuando la terapia no se centre únicamente en la búsqueda de una etiqueta para atribuir todo lo que le ocurre, obviando a la persona en su totalidad y todos los factores que también pueden propiciar un “trastorno” y sí deben mirarse. 

Corremos el riesgo de explicar todo lo que le ocurre a la persona a partir de un diagnóstico, cuando no es la causa ni el origen de lo que le ocurre. 

¿En qué se traduce esto? 

En la patologización de procesos cotidianos o de adaptación al contexto. Últimamente lo hemos visto en la creación de síndromes ficticios por parte de profesionales para explicar comportamientos ligados a un contexto concreto como el covid-19, como el “Síndrome de la cabaña” o el “Síndrome de la cara vacía”. 

Frente a un modelo descriptivo de síntomas que busca un diagnóstico de síntomas como causa y cura. El futuro de la psicoterapia avanza hacia un modelo comprensivo que busca comprender el sentido de los síntomas y de los llamados “trastornos” en las personas, mirando hacia aquello que es el origen. 

Usar los diagnósticos de forma responsable evita las etiquetas y el estigma asociado a la salud mental.